1_Benig_Esp - Pausas e vírgulas

Pausas e vírgulas
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15/1/2022
Miguel Angel Pereyra
(o "el Yaro Pereyra")

Un argentino portoalegrense contando cuentos

* * * * * *
¿Benigno o Maligno ? Esa es la cuestión
Como siempre voy a contar un cuento que no es tal.
Digamos que fue un hecho, concreto y real, que va a ser relatado.
Como cuento, discreto en nombres y locales, pues en caso contrario habría indiscreción.
Sus personajes principales serán el Sr. Fulano y la Dra. Fulana.

* * * * * *
Él comenzó a sentir algunas molestias en un lunar que tenía en el pecho, bien a la altura del corazón.
Pasaban los días, semanas y la molestia continuaba...a veces aparecía un pequeño dolor.
Como una quemazón…o en los intervalos de aquél, picaba mucho.
Inclusive era una pequeña herida, que no se curaba.

Decidió compartir lo que hasta ese momento era su secreto con una médica amiga. Muy amiga.
Ella lo revisó, miró el lunar y dijo, con aire catedrático – era médica - y además estaba en su consultorio en el hospital central.
- Fulano, lo mejor es operar, retirar el lunar y hacer la biopsia para a saber a lo que tendremos que hacer frente.

A él le encantó que ella usó la primera persona del plural: tendremos, es decir nosotros.

- Fulana, ¿que te parece que será? A priori.
- No querido Fulano, a priori tendría que hablar como tu amiga,
entonces como tal diré que no es nada serio, y que no te afijas.
Ahora como médica, cirugía y biopsia.

El sintió compunción, pero con el dolor referido a sí mismo. Sintió extrañeza, porque ahí eran dos los Fulanos.
Uno de ellos, el “sano” tenía compasión por el “enfermo”.
Dolor referido a si mismo…una especie de compasión . No era lástima ni pena…tal vez, sí, una tenue tristeza.
Rápidamente se recompuso y el “Fulano” sano fue el que habló.


- Fulana, decidido entonces. ¿ Cuándo harás el procedimiento ?
- Fulano, este viernes próximo, a las 19hs.
Si puedes hago ya todos los trámites.
- Si puedo. Sin problema, ¿ debo tomar algún cuidado ?
- Si, ayuno de 6 horas y llegar una hora antes.
Primero los asistentes te van a preparar.

Faltaban tres días, entonces decidió no pensar en el asunto y cenar bien, porque todavía no había comenzado el ayuno.
Viernes, seis de la tarde. Fulano llega al hospital, se identifica, traen una silla de ruedas,
lo hacen sentar y una enfermera lo lleva al centro quirúrgico.

Tiene que cambiar su ropa, y claro, le dan ropa del hospital…digamos el uniforme.
Fulano deja de ser tal y pasa a ser un interno de la institución.
Por un lapso de tiempo pierde su autonomía y su “estuche de identidad”.
Le afeitan el lugar del pecho donde sería la cirugía.
Llega la Dra. Fulana com el Dr. Mengano, el anestesista.
La anestesia sería local, aunque le dieron un “apaciguador”.
No quedó confuso, pero si en paz...casi alegre.

El no sospechaba que serían necesarias tantas personas para un mísero lunar.
Se sintió importante…aunque no lo dijo, cuando le preguntaron porqué se reía…
Todos pensaron que eran los efectos del “apaciguador”. Dejó que él cargase con la culpa de la sonrisa.
 
La cirugía fue rápida. La Dra. Fulana, luego de retirar el lunar fue casi corriendo
– eran muy amigos, ¿ lo recuerdan, no? – hasta el microscopio.
Pasaron horas…no, segundos…y al fin dijo.

- Fulano, es un tumor que tiene todo el aspecto de ser benigno.
La biopsia va a confirmar, pero puedes quedarte tranquilo, es benigno.

Ahí Fulano responde, todavía en la camilla:

- Fulana pensé que la medicina era para favorecer a la humanidad.
Pero hoy hiciste lo contrario.

- Fulano, no entendí.
¿ Qué quieres decir con esa afirmación ?

- Fulana, vos acabas de retirar, y justo a la altura de mi corazón, la única cosa benigna que había en mí…
quedó todo el resto…que es maligno…
Han pasado muchos años, y Fulano, ya anciano recuerda las carcajadas de todos los presentes.
Y los acompaña riendo solito, frente a la mirada insólita de todos ellos.
Y ahí él, a ellos, les recuerda que quien solo se ríe, de sus picardías se acuerda.

* * * * * *
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